El concepto moderno de masculinidad suele asociarse a un modelo hegemónico, donde el ideal de hombre es visto como el héroe de películas, revistas o eventos deportivos. Representa fortaleza, dominio, fuerza, desconexión emocional y privilegio social otorgado a ciertos hombres.
Este modelo influye tanto en mujeres, condicionadas por dinámicas de poder, como en hombres que no encajan en ese estereotipo. En estos últimos, la presión de la masculinidad hegemónica afecta directamente a su aceptación e imagen corporal.
El 86% de los hombres considera que la masculinidad está dada por el cuerpo. Los estudios señalan que la musculatura y la delgadez son los aspectos más valorados, y que la imagen del “súper-macho” incluye:
Muchos hombres asocian fuerza con masa corporal y tienen expectativas poco realistas sobre lo que es atractivo, buscando un peso o una figura lejos de lo saludable.
Solo el 48% de los hombres está satisfecho con su peso. Un 24% quiere ser más delgado y un 38% ha hecho dieta para ganar tamaño o perder peso, a veces con conductas alimentarias de riesgo.
Las zonas que más preocupan son pecho, abdomen, estatura y piernas. Esto lleva a centrarse en la composición corporal, el equilibrio muscular y el mantenimiento de un cuerpo delgado y musculoso.
Las burlas o comentarios entre hombres sobre peso y físico pueden generar baja autoestima y pena corporal. La masculinidad hegemónica limita la expresión de emociones, y algunos hombres canalizan su malestar tratando de cambiar su cuerpo.
Conclusión: la masculinidad hegemónica puede influir profundamente en la aceptación corporal de los hombres. Romper con estereotipos y desarrollar una relación sana con el propio cuerpo es posible y beneficioso para la salud mental y física.
¿Quieres empezar a mejorar tu relación con tu cuerpo y tu autoestima?