¿Qué entendemos por imagen corporal?
La imagen corporal es un concepto que se compone de la percepción que tenemos de todo el cuerpo, del movimiento del mismo y los límites de éste. También las actitudes, pensamientos, sentimientos y valoraciones hacia el cuerpo derivado de los pensamientos y creencias que tenemos hacia él.
Detectar los pensamientos que desencadenan en una evaluación negativa sobre mi cuerpo
A lo largo de nuestra vida vamos incorporando creencias y construyendo nuestra imagen corporal. Esta creencias y pensamientos alrededor de nuestra imagen corporal influyen en cómo nos sentimos con nuestro cuerpo. Si la construcción es negativa, esto generará pensamientos negativos sobre nosotros, sentiremos emociones desagradables y por último nuestros comportamientos irán ligados a modificar nuestra apariencia buscando sentirnos mejor.
Algunos ejemplos en la forma de pensar que perjudican nuestra imagen corporal (o “trampas” del pensamiento):
- Pensar que necesitamos ser perfectos para gustarnos. No aceptar tener el más mínimo defecto, ya que si no es “todo” será “nada”.
- La distancia entre el “yo real” y el “yo ideal”. Las expectativas de cómo tiene que ser nuestro cuerpo (generalmente influenciadas por los estándares de belleza sociales) se alejan, en muchas ocasiones, de mi cuerpo real. Esta distancia genera frustración y malestar con la imagen corporal.
- La comparación con los otros. Estar muy pendientes de cómo están los demás y de lo que tienen los demás nos aleja de nuestro propio centro. Nos hace enfatizar nuestras carencias dejando de lado nuestras virtudes.
- La atención selectiva de nuestro cuerpo. Poner la “lupa” y centrarnos solo en lo que no nos gusta.
- Dar por hecho que a los demás no les gustaremos solo porque no nos gustamos a nosotras mismas.
- Ser más crítico conmigo y con mi apariencia cuando me siento desanimado y emocionalmente inestable.
¿Qué genera insatisfacción con la imagen corporal?
- Baja autoestima
- Identidad de género, pensar que no soy suficientemente femenina o masculina si no tengo determinados rasgos o características físicas.
- Cultura de la dieta, que nos vende que tenemos que tener un cuerpo que encaje en unos estándares de belleza estandarizados y prefabricados. No se tiene en cuenta la diversidad corporal ni el concepto de salud y belleza en todas las tallas.
- Gordofobia: éxito vinculado a la delgadez. Si tienes un cuerpo más grueso se pronostica que serás una persona infeliz, dejada y rechazada.
- Aspectos familiares. Cuidadores muy preocupados por el peso, la dieta, prohibición de la ingesta de algunos alimentos en la infancia...
- Episodios de acoso escolar y rechazo. En la adolescencia buscamos pertenecer al grupo de iguales. Si durante esta época nos sentimos rechazados y que no encajamos por nuestra apariencia puede generar sentimiento de inadecuación e ineficacia, fomentando la baja autoestima y la insatisfacción con nosotros mismos.
- Cambios físicos durante la pubertad.
Aspectos que mantienen una mala relación con nuestra imagen
- Atención selectiva hacia las partes del cuerpo que me preocupan: dedicar mucho tiempo a las partes que no nos gustan servirán para mantener la preocupación en lugar de buscar soluciones.
- Conductas de evitación: a corto plazo ayuda a no enfrentarse a situaciones en las que me siento mal exponiendo mi cuerpo, pero a largo plazo incrementan el miedo y el malestar.
- Rituales de comprobación: preguntar mucho por cómo me ven, pesarme, medirme... comprobar si la forma de mi cuerpo cambia, si subo o bajo de peso, etc.
- Ideas asociadas a la delgadez, como ya he comentado, sobre el éxito que se presupone que consiguen las personas delgadas y las oportunidades que tienen (a nivel interpersonal laboral, relaciones amorosas, etc.).
- Concepto sesgado y reduccionista de lo que es la salud, pensar que estar más delgado es sinónimo de salud sin tener en cuenta otras variables.
¿Cómo mejoro la relación con mi cuerpo?
- No intentes mejorar la relación con tu cuerpo bajando de peso y haciendo dietas. No pienses que perdiendo peso ganarás salud, o ganaras aceptación o conseguirás sentirte más feliz. Lo único que conseguirás estando en restricción calórica es estar más irritable, ser más inflexible y estar más baja en tu estado de ánimo.
- Valora otras áreas de tu vida que te hacen sentir bien, en las que te sientes valida. Esto mejorará tu autoestima y ayudará a que tu imagen corporal vaya perdiendo puestos en tu escala de valores.
- No decidas las cosas que quieres hacer en función de cómo te sientes con tu cuerpo. Decide en función de lo que te nutre y te apetece.
- Revisa como te hablas y como hablas de tu cuerpo y de tu imagen, esto influye en nuestro autoconcepto y en la valoración del mismo.
- Despréndete de todas las cosas que te han dicho que eras y revisa con qué te identificas y que forma parte de tu yo más auténtico y que cosas no forman parte de eso.
- Mira a tu cuerpo como un todo, no por parte, para tener una visión global de él y más real.
- Agradece a tu cuerpo todo lo que te permite hacer, vivir, sentir, vivir... Esa es la verdadera función de tu cuerpo.
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